No soy ese tipo de escritor.
Esta no es una crítica a otros escritores o escritoras, que si les resuena, podrían pensar que me refiero a ustedes. No, colegas, hablo de mí nomás.
No me la paso en redes sociales tratando de convencer a desconocidos para que compren mis libros y que les pongan estrellitas en Goodreads. Lo intenté, por años, y fue una absoluta pérdida de tiempo. Desde que me salí de Twitter, ya no tengo razones para procrastinar y me he visto con tanto tiempo para escribir que me hace cuestionar el por qué lo usaba y lo leía.
No busco que me lean críticos o reseñadores para concatenar con una estrategia comunicacional que no tengo. Regalé tantos libros a lo largo de los años, para reseñas, que ya perdí la cuenta, y el resultado produjo un incremento del 0,00% en mis ventas.
No me enfoco en ventas, porque si así fuera, habría abandonado el oficio de escribir hace una década, por no rentable. No escribo para pagar cuentas, escribo porque amo contar historias y que resuenen con otras personas. Si mis libros llegan a generar revenue, eso sería ganancia colateral y usaría esa plata para pagar una parte de las vacaciones familiares.
No busco que me entrevisten. ¿Y quién me querrá entrevistar si no hago ruido en redes sociales? Es un círculo agotador de decepciones interminables. En vez de perder mi escaso tiempo en intentar que me entrevisten, mejor lo dedico a escribir. Ahora, si alguien me quiere entrevistar… XD
No voy a presentar libros de nadie, ni siquiera de mis amigos, sin antes haber leído el libro y encontrado algo que me permita elogiarlo. Porque hay que ser responsables. No podría recomendar algo que no me gustó. Lo hice una vez, no lo volveré a hacer.
No voy a firmar un contrato editorial que me haga repensar todos los puntos anteriores. Porque las editoriales hoy no solo están publicando obras, sino que están consiguiendo un influncer + evangelista + representante, que les permita vender el libro del autor y también empujar al resto del catálogo fuera de las cajas donde juntan arena. No soy un tipo anticuado, pero en lo que respecta a mi rol como autor, imaginen que existo en la burbuja de 1995.
Participaré en concursos, apuntando bien alto. Me sirve para star al día.
Todo lo anterior probablemente me mantendrá en el cajoncito aislado en el que me ido metiendo paulatinamente desde 2013, cuando decidí publicar mis cosas en Amazon. Hasta ahora la escritura solamente me trae alegrías y satisfacciones, incluso si no se vende ni un solo libro. Está por verse si alguien logra hacerme cambiar de opinión.